Procedentes de la India, los gitanos recorrieron Europa en rutas
que aún desvelan a los estudiosos.

Se les llamó gitanos por uno de sus hogares e
fímeros: el llamado pequeño Egipto, en Grecia.

Se hicieron de salvoconductos y artificios para llegar
a su querencia respectiva.

Húngaros, bohemios, zíngaros...
y por fin gitanos de Andalucía, su última Thule,
cuevas y palacios del origen, oro y andrajos.

Sean estas páginas un homenaje a la gente del viaje,
a sus patriarcas, a sus niños y a sus mujeres,
que han sido forjadoras de existencia, paridoras, trabajadoras,
valientes y abuelas.

¿Gitanos?
Sí.
Porque nos sentimos miembros de la invisible caravana
que lleva tatuada en la memoria la palabra libertad.




Errantes

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